ORIGEN E HISTORIA DE LA PERSPECTIVA

La perspectiva inicia segun las diferentes pinturas rupestres donde se usa un eje principal. A lo que los historiadores del arte llaman  jerarquización  perspectiva teológica. Hasta llegar a la baja edad media , se inicia descubriendo la perspectiva caballera dentro de la cual los objetos mas alejados estan en la parte superior y los que son más cercanos, en la inferior.

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Los romanos, utilizaron la perspectiva aérea, donde los paisajes más lejanos aparecen borrosos. Donde  el pintor creaba la ilusión de lejanía,aunque sin utilizar los métodos científicos de Alberti y Brunelleschi.

En la edad media, los fondos de las pinturas eran planos y, muchas veces, dorados. Las figuras se colocaban seguidamente. Solo existía el largo y el ancho de la superficie, razon por la cual la perspectiva no se usaba, puesto que los pintores no se interesaban por ella.

1.  PERSPECTIVA LINEAL

 Giotto pinta edificios con el fin de dar una sensación de profundidad, aunque actualmente esta perspectiva no es del todo correcta.

2. PERSPECTIVA AÉREA

En esta perspectiva, las montañas que están ubicadas e el fondo aparecen como desdibujadas dando al dibujo  una sensación de lejanía.

3. PERSPECTIVA PARALELA

Este tipo de  perspectiva se inicia con las lineas, la  representando un objeto tridimensional en una sola vista que se caracteriza por las líneas paralelas del objeto.  

4. PERSPECTIVA OBLICUA

Es un sistema de proyección donde un objeto tridimensional esta representado por  un dibujo en perspectiva donde las caras paralelas al plano del cuadro están dibujadas a escala real y  las líneas perpendiculares al plano del cuadro tienen una inclinación cualquiera distinta de 90 grados.

5. PERSPECTIVA INVERTIDA

Esta perspectiva se ve claramente representada en la  “Deposición en el sepulcro”. donde en el primer plano del icono se representa el sepulcro, con el cuerpo de Cristo, que esta envuelto en un sudario, dentro de él. También, la Madre de Dios se inclina sobre él, juntando su rostro al del Hijo. A su lado, el discípulo amado por el Maestro se inclina ante su cuerpo: es Juan Evangelista, que, apoyando el mentón en la mano, mira con dolor el rostro de Jesucristo. Se ven colinas que se esparcen en profundidad.